domingo, 25 de octubre de 2020
Del miedo a dudar a la necesidad de dudar
domingo, 25 de octubre de 2020
Sin llegar al “solo sé que no
se nada” o la “parálisis por el análisis” abogo por la duda
inteligente, aquella que permite enriquecer, contrastar, ampliar el
contexto o romper límites. Se trata de que confiando en uno mismo, asumamos que
existen puntos ciegos y que no somos dueños de la verdad.
Es fácil vivir entre axiomas: “si
A entonces B”, “esta es la manera correcta de actuar”, “esto es lo que
ocurre y esta es la solución”… pero es insuficiente para sobrevivir en un mundo complejo, en constante
cambio, donde las certezas de ayer son visiones sesgadas de la realidad de hoy.
Cada día más, necesitamos poner el valor y dejar más espacio a la inteligencia
colectiva versus la inteligencia individual que por definición es sesgada e
incompleta. Debemos dar el paso y además que esto no ralentice la toma de
decisiones.
En el artículo sobre Delegación,
hablaba de que es necesario invertir la pirámide organizacional y aumentar el
número de profesionales que toman decisiones en la organización, además de
esto, es necesario promover el pensamiento crítico a todos los niveles…
cruzar la barrera del miedo, escuchar, argumentar y contra argumentar para
asegurar decisiones consistentes y adecuadas al contexto y la estrategia.
Existen tres enemigos que
dificultan al líder dudar:
Enemigo 1: Confundir dudar con
inseguridad
La era del líder superhéroe ha
acabado…, sinceramente, ya no es creíble, no es posible tener todas las respuestas. Por otra parte, el trabajo en equipo requiere
conexión emocional y esta solo es posible desde la autenticidad y la ausencia
de poses. ¡Qué hay más humano que necesitar la ayuda de otros! ¡Qué hay más
humano que equivocarse y reconocerlo!…, solo las personas más seguras de si
mismas permiten mostrar su vulnerabilidad.
Enemigo 2: El ego
El ego te hace vivir una realidad
paralela, dejas de cuestionarte para caer en la autocomplacencia, en los
axiomas, en las creencias profundas. Te separa de los clientes, de los
empleados, de los procesos, para acercarte solamente a ti mismo. Infravaloras
todo lo de fuera y sobrevaloras todo lo de dentro…, no dudas, tienes claro que
tienes todas las respuestas y que fuera solo hay mediocridad y mala fe. ¡Cuidado si estas en este punto!
Enemigo 3: Confundir el Sí incondicional de tu equipo
con compromiso y lealtad
Tu equipo es el espejo de tu
liderazgo, como organización, como departamento, como equipo, puedes elegir entre
tener ejecutores (uno piensa y el resto ejecuta) o compañeros de viaje que atraviesen
contigo el desierto en busca de tierras fértiles.
La creación de un sueño común
(propósito), la lealtad y el compromiso están detrás de la barrera del silencio.
Cuando los profesionales se sienten protagonistas, pueden ofrecer libremente su
punto de vista y argumentar, asumiendo que su opinión es también sesgada pero
que puede abrir luz y opciones no contempladas entramos en el siguiente nivel.
Para sobrevivir como organización
es necesario adaptarse a un mundo que no para y que a veces es difícil de
interpretar, los problemas tienen múltiples ángulos y requieren un enfoque
integral en el que los profesionales se complementen.
¿Cómo puedes fomentar la capacidad de dudar?
· Dudando en primera persona, dejando espacio para la cocreación y la construcción, estando abierto al debate y al contraste de hipótesis.
· Promoviendo la reflexión y el respeto, mediante la creación de un entorno seguro, donde no hay héroes ni villanos.
· Realizando preguntas que permitan abrir opciones, explorar nuevas realidades y completar el diagnóstico. Es muy útil invertir tiempo en la generación de buenas preguntas, aquellas que muchas veces no tienen respuesta inmediata y que no sabes donde te llevarán.
· Valorando las ideas brillantes independientemente de quien la expuso... Qué importante es escuchar a tu equipo y a tus clientes, qué importante agradecer también su compromiso, sabiduría y generosidad.
· Separando la existencia de diferentes puntos de vista del conflicto personal y asumirlo como el mecanismo para conseguir organizaciones más fuertes y dinámicas. En las empresas que no hay conflictos, frecuentemente hay silencios y conversaciones pendientes, tratar y superar los conflictos hace crecer a las organizaciones.
· Estableciendo canales de comunicación con los colaboradores para la aportación de ideas y soluciones. ¿Cuánto tiempo dedicáis como equipo a pensar?..., a pensar en lo que se podría haber hecho diferente y a construir un mañana mejor.
· Gestionando las expectativas, no todas las ideas pueden llevarse a la práctica y no todas de manera inmediata y es necesario gestionar que el equipo no se desmotive o se sienta frustrado. Una vez tomada decisión es necesario pasar juntos a la fase de ejecución.
En este entorno, en el que “Ninguno
de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos” (Ray Kroc), el líder tiene que desarrollar la habilidad de
conectar ideas, fomentar la
colaboración, escuchar por debajo de las palabras, ordenando lo aportado y creando una propuesta
de valor consistente y la capacidad de mantener la calma y el optimismo en la
incertidumbre.
Espero que esta reflexión te haya
resultado de utilidad y que te permitas dudar, para aprender y para seguir
creciendo.
Un abrazo.
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